martes, 7 de enero de 2014

"In ara coeli" la visión del emperador César Augusto

Visión del emperador César Augusto.
Óleo sobre lienzo (Siglo XVIII)
Sacristía del Real Santuario de María Santísima de Araceli.
Lucena (Córdoba)


Una antigua leyenda medieval cuenta que el día en que nació Jesús en Belén, el emperador César Augusto se encontraba en una de las siete colinas de Roma, concretamente en la conocida como del Campidoglio o Capitolina. En aquel lugar turbado por la decisión del Senado de tributarle honores divinos, pidió consejo a la Sibila Tiburtina, la cual, vaticinó que desde el cielo descendería “el Rey de los siglos”. Atento a la profecía, Augusto observó un torrente de luz deslumbrante y se le apareció una mujer con un niño en los brazos sobre un trono dorado resplandeciente como el Sol,  mientras una voz misteriosa proclamaba “este es el altar del Hijo de Dios”. 

Después de aquella visión, el propio emperador ordenaría construir un ara en aquel ligar, que tiempo más tarde pasaría a llamarse "Altar del Cielo" (Ara Coeli) y considerarse como la primera "noticia" en la Roma pagana del nacimiento de Jesús.

Sobre las ruinas los restos del aquel primer altar romano, se asentaría  una abadía bizantina mencionada en el año 574. En el siglo IX, la iglesia fue entregada primero a la orden benedictina, y posteriormente  a los franciscanos en el siglo XIII. Durante la Edad Media, esta iglesia se convirtió en el centro de la vida civil y religiosa de la ciudad. 

Por otra parte, a principios de 1562, según cuenta la tradición, estando en Roma en labores diplomáticas  don Luis Fernández de Córdova y Pacheco, alcaide de los Donceles, marqués de Comares y señor de Lucena, visitó aquel templo y quedó embelesado por la belleza del icono venerado en la basílica de Santa María "in Ara Coeli”, la "Madonna di Aracoeli”. Tanto fue así que decidió encargar una imagen de la Virgen María bajo la advocación de Araceli, que significa Altar del Cielo y que fuera llevada desde Italia por mar hasta el puerto de Alicante, y de allí, hasta la Sierra de Aras.




Este acta municipal de fecha 27 de abril de 1562, en la que consta el acuerdo de que se preparen las “caxas de atambores” para salir a recibir la Imagen de Nuestra Señora de Araceli, sería el primer vestigio documental de la presencia de la imagen de la Virgen de Araceli en la ciudad de Lucena, que aquel mismo día la proclamó su Patrona y Protectora, y por lo que recientemente (2012) celebró su 450 aniversario con un año jubilar.


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