Desde que en 1995 las figuras de un soldado y un centurión romanos se incorporaran al trono del Señor de la Sentencia conformando un nuevo paso de misterio, estos personajes de madera tallada y policromada, revestidos de telas, plumas y metales, se han convertido en estampa representativa de nuestra actual Semana Santa.
Son el recuerdo de las antiguas tropas romanas que ocuparan la Judea en los tiempos de Jesús y estas esculturas han aportado al paso del antiguo señor de la Penitencia y su cofradía, el colorido y la presencia de la prestancia romana en la Pasión. Sus siluetas parecen tomar vida propia con el quehacer de sus hermanas costaleras, que han conseguido en pocos años que su paso por las calles de Cabra sea celebrado por el público cofrade, que cada Martes Santo recibe a la cofradía de la Barriada con su aplauso y admiración.
Este año de 2015, la Real Hermandad de la Sentencia y Paz y la Fundación Aguilar y Eslava han firmado un convenio de colaboración que formaliza la cesión y exposición de estas imágenes en el Museo de la Pasión de Cabra junto a la réplica del Arca de la Alianza, en una instalación museográfica que acerca a sus visitantes, con rigor y en detalle los acontecimientos pasionistas, a la luz de la arqueología, de la ciencia y de la historia.
Teniendo presente este marco de colaboración la Real Hermandad de la Sentencia y Paz procesionará este Martes Santo el paso de misterio del Cristo de la Sentencia con las referidas efigies de romanos vestidos con la uniformidad, atuendos y elementos históricos con los que se presentan en el Museo de la Pasión.
El primero representa a Quinto Cornelio, según el apócrifo de la Sentencia de Pilato, el "Primus pilus", primer centurión romano encargado de ejecutar la sentencia, que escrita en un pergamino porta en su mano derecha. Viste cota de malla (lórica hamata) sobre túnica roja de la Legión y manto (sagum) de lana parda a modo de capa rectangular cerrada con un broche (fibulae); porta una espada corta (gladius) del tipo Pompei, que le cuelga de un cinturón (tahalí) cruzado al hombro junto a un cuchillo típico romano (pugio) con adornos orientales y faldellín o defensa cubriendo el vientre; al cuello un pañuelo (sudarium) blanco de lino, con un collar distintivo de oficial militar (torque) y en la cabeza el casco del tipo llamado "Coolus", de latón pulido con creta roja tranversal, reproducción de un casco encontrado en Schaan (Liechstenstein), datado en el primer cuarto del siglo primero de nuestra era.
El segundo es Lucilio, según otros textos apócrifos, un soldado cruel que participó en estos acontecimientos. Se viste como soldado auxiliar que actúa como verdugo (lictor) vestido con túnica de lana blanca, sin coraza pero con faldellín o cinturón defensivo y colgando en su pecho una espada larga romana (sphata) con empuñadura de hueso y bolsa de cuero a la cintura, cubierto con una capa con forma de poncho o capote (paenula) impregnada con aceite natural para repeler el agua y hacerla impermeable. En la mano derecha portará el “flagrum taxilatum” un látigo formado por un pequeño mango del que salen correas de cuero rematadas por los llamados “taxilli”, pequeñas bolitas metálicas de formas irregulares que desgarraban la carne del azotado.
Sabemos por datos históricos que los soldados que componían la cohorte auxiliar destacada en Jerusalén en los tiempos de Jesús procedían de otras latitudes como Grecia, Hispania, Siria o de la cercana Samaria y que éstos últimos odiaban a los judíos ya que tiempo atrás reyes judíos habían castigado duramente a las poblaciones samaritanas; por lo que probablemente no dudarían en tomarse la revancha cuando, alistados en el ejército romano fueran destinados a Judea, precisamente para mantener a raya a los posibles rebeldes judíos.
Desde la destitución de Arquelao en el año 6 d.C y hasta la vuelta de la monarquía de Herodes Agripa II (41 d.C.) los territorios de Judea, Samaria e Idumea pasaron a integrarse en el Imperio como una Provincia Procuratoniana a cargo de un gobernador titulado Procurador o Prefecto.
Los gobernadores de la Judea fueron: Coponius, Ambibulus, Rufus, Valerius Gratus, Pontius Pilatus, Marcellus y Marullus, que mandaban unas tropas de ocupación que no eran legiones propiamente, sino tropas auxiliares que como se ha referido se reclutaban entre gentes de otras provincias o territorios y por las cuales llevaban sus nombres. El grueso de aquel ejército se encontraba en la capital Cesarea, mientras que en Jerusalén habría una guarnición permanente.
Como bien señala el arqueólogo Joaquín González Echegaray en su libro "Arqueología y Evangelios" (2002): “Sucede con frecuencia que el resultado de los estudios arqueológicos realizados en Tierra Santa apenas resultan accesibles al público interesado”.
De esta forma la Real Hermandad de la Sentencia y Paz y la Fundación Aguilar y Eslava, quieren contribuir a través del desfile procesional del Martes Santo a la difusión de nuevos estudios y datos que nos acerquen mejor a lo que celebramos y recordamos en estos días: la primera Semana Santa de la Historia…