POR PACO
PALACIOS /ABC CÓRDOBA
21/04/2013
La Sábana Santa ha sido durante siglos uno de los
símbolos sagrados más respetados del cristianismo.
La
Fundación Aguilar y Eslava, en Cabra, es la sede de la Delegación en Andalucía
del Centro Español de Sindonología, una asociación que tiene como objeto el
estudio de la Sábana Santa de Turín y de otras reliquias que puedan ser
analizadas científicamente.
-¿Quién
es el hombre de la Sábana Santa?
-Ésa es la gran pregunta que ha acompañado al lienzo a
lo largo de su historia. La ciencia ofrece indicios y estudios cada vez más
esclarecedores pero no puede darnos la respuesta definitiva.
-¿Envolvió
el cuerpo de Cristo?
-Podríamos considerar la Sábana Santa como la reliquia
de la discordia puesto que al cincuenta por ciento se reparten los detractores
y quienes apoyan su veracidad. Se trata sin duda del objeto más estudiado del
mundo y un auténtico desafío para la ciencia que todavía no ha logrado
encontrar respuesta sobre cómo se hizo esa imagen.
-¿No
existe alguna teoría?
-Sólo sabemos lo que no es. No se trata de una
fotografía ni de una pintura. Es la imagen del cadáver de un hombre muerto por
crucifixión después de sufrir numerosas torturas. Está impresa de forma difusa,
sin contornos ni líneas y únicamente se puede interpretar si se ve en negativo.
Se comporta justo al contrario que las fotografías normales. No existe otro
tejido en el mundo que contenga una impronta de estas características.
-¿Qué
preguntas inquietan a quienes la estudian?
-El cadáver fue retirado de la tela antes de que se
iniciase el proceso de descomposición. Encontramos el cuerpo de un hombre que
fue flagelado, coronado de espinas y crucificado cuando esta serie de torturas
en el mismo reo no eran frecuentes entre los romanos.
-¿A
qué se refiere?
-Se han contabilizado hasta 120 latigazos en el hombre
de la Sábana Santa. Lo azotaron con un látigo llamado «Flagrum Taxillatum», un
mango corto de madera con tiras de cuero que llevaban insertadas una serie de
bolas metálicas que desgarraban la piel. No se tiene constancia de que fuera
habitual entre los romanos semejante grado de ensañamiento en una persona que
luego iba a ser crucificada. Flagelación y crucifixión eran dos castigos
diferentes que concurrieron en el hombre de la Sábana Santa al que también le
impusieron un amasijo de espinas en la cabeza.
-¿Certifica
la Sábana Santa lo que nos cuentan los Evangelios?
-Lo certifica con tanta exactitud que el propio Juan
Pablo II la llamó «Espejo del Evangelio». La Iglesia no tiene la certeza de que
sea una reliquia de la Pasión pero sí reconoce que todos los detalles de la
Pasión de Cristo están reflejados en ella.
-¿Cuál
es entonces la duda?
-Las pruebas del Carbono 14 datan la Sábana Santa entre
1260 y 1390, establecen pues que es un objeto del siglo XIII o XIV si bien
podría argumentarse que la muestra se tomó en la zona que está más dañada y que
los arqueólogos no se fían jamás del examen del Carbono 14 para remontarse al
origen de un tejido.
-¿Se
están realizando nuevos análisis?
-Existe la esperanza entre los científicos de que el
Papa Francisco, dotado de la mentalidad jesuita, autorice nuevas
investigaciones. Pero nunca llegaremos a la absoluta convicción. Para los
creyentes Jesús de Nazaret.